Denunciamos el despido político del concejal y secretario de organización de IU Colmenar Viejo.
COMUNICADO DE LA ASAMBLEA DE GANEMOS COLMENAR: GANEMOS COLMENAR DENUNCIA EL DESPIDO POLÍTICO DEL CONCEJAL CARLOS GÓMEZ COLMENAREJO
El pasado 29 de julio de 2016 Carlos Gómez Colmenarejo, concejal de Ganemos Colmenar, fue a su trabajo en la Gestoría López Colmenarejo pensando que era su último día antes de empezar sus vacaciones. Lo que no se imaginaba era que la empresa le había preparado unas “vacaciones indefinidas” como premio a sus casi 4 años de trabajo en la misma. A pesar de que la empresa intentó prescindir de Carlos usando un puñado de excusas, éstas no se sostenían, y la Gestoría López Colmenarejo acabó reconociendo el despido improcedente, es decir, un más que presumible despido por motivos de la actividad política del concejal de Ganemos Colmenar.
“¿Cómo te metes en política teniendo trabajo fijo?”, “Pero, ¿vas a ser político o sigues trabajando?”, “¿y qué pasa con tu futuro profesional? ¿No has pensado en ello?”. Estas y muchas cosas más como estas tuvo que escuchar Carlos Gómez Colmenarejo, incluso en su entorno más cercano, cuando decidió presentarse a las primarias de Ganemos Colmenar y, sobre todo, cuando salió elegido como concejal del Ayuntamiento de Colmenar Viejo en mayo de 2015. Carlos siempre defendió la viabilidad de compaginar su trabajo como asesor fiscal en la Gestoría López Colmenarejo con su cargo como concejal, únicamente ausentándose del trabajo para la asistencia a órganos municipales, como así contempla el artículo 37.3 del Estatuto de los Trabajadores.
Sin embargo, aunque la Constitución consagra el principio de igualdad y de no discriminación en el artículo 14, y que el artículo 16 de la misma declara la libertad ideológica, esto queda en mera teoría en el plano de la empresa privada: al igual que le ha pasado recientemente a nuestro compañero Carlos Gómez Colmenarejo son frecuentes e innumerables los casos en los que trabajadores y trabajadoras son apartados, silenciados, degradados e incluso despedidos por motivos políticos, sindicales, por negarse a hacer horas extras o por un embarazo, entre otras muchas cosas. Esto hace que haya mucha gente con miedo en sus trabajos y que sólo puedan callarse y esconderse para evitar represalias laborales porque sus ideas políticas no coincidan con las de la dirección de la empresa en cuestión. Es decir, el artículo 20 de la Constitución, que recoge el derecho a la libertad de expresión, también se queda en papel mojado, ya que en muchos centros laborales de España los trabajadores no pueden ejercer su derecho a la libertad de expresión para mantener su puesto de trabajo. Esto nos lleva a una situación de semi esclavitud, de vuelta al mundo feudal, al que vivan las “caenas”: sólo puedes expresar tus opiniones políticas en tu trabajo si coinciden con las del jefe. En caso contrario, no hables, no te muevas, que no te vean de qué pie cojeas si quieres tener opciones de un buen futuro laboral.
Y todavía nos dicen una y otra vez que vivimos en democracia desde hace 40 años. El problema es que todavía hay gente que cree que la democracia se limita a ir a votar cada cuatro años (o cada seis meses). Pues no, no, no, y mil veces no. Democracia es, precisamente, respetar los derechos y libertades que se vulneran como si nunca hubieran existido en tantos centros de trabajo. Democracia es vivir sin miedo a perder el trabajo por tu posición política, por tu orientación sexual, o por tus creencias religiosas (o tu falta de ellas).
Pero está visto que, aunque en los libros de Historia ponga que vivimos en un estado democrático, aún nos falta mucho para vivir en una verdadera democracia, donde se respeten los derechos y libertades en todos los ámbitos, incluido el laboral. Aunque, con empresarios de referencia como Gerardo Díaz Ferrán, Arturo Fernández o Mónica Oriol, entre otros, parece que nos quedan otros 40 años, al menos, para lograr una verdadera democracia, que impregne de libertades y derechos fundamentales el ámbito empresarial.
Mientras tanto, ser trabajador por cuenta ajena y entrar en política seguirá siendo misión imposible…salvo que sea por partidos en la línea de la CEOE y del IBEX35. Si este no es el caso, sólo podrás meterte en política (y no digamos ya ser elegido…) si estás podrido de dinero o si estás en el paro.
PRIMERA CONSULTA POPULAR EN COLMENAR VIEJO
La asamblea de Izquierda Unida de Colmenar Viejo anima a todos los vecinos y vecinas de Colmenar Viejo (únicos requisitos: ser mayor de edad y estar empadronado) a participar en la primera Consulta Popular de Colmenar Viejo,en la que se decidirá cuál será la fecha de celebración de la Vaquilla a partir del 2017.
La asamblea de Izquierda Unida de Colmenar Viejo cree firmemente en la Soberanía Popular y en la Democracia Real y Participativa, y esta primera Consulta Popular es un hito histórico en nuestro pueblo, donde todas las vecinas y vecinas podrán decidir si la fecha de la Vaquilla se mantiene en el tradicional 2 de febrero o si,por el contrario, se cambia al último sábado de enero.
Desde la Asamblea de Izquierda Unida de Colmenar Viejo hacemos un llamamiento a la participación para que esta primera Consulta Popular sea un éxito y sea la primera de muchas otras Consultas Populares, logrando así uno de los principios de Ganemos Colmenar y compartido por la Asamblea de Izquierda Unida de Colmenar Viejo, como es la Soberanía Popular y la Democracia Real y Participativa.
Os recordamos que esta Consulta Popular es una consulta con un sistema mixto:
-Votación telemática a través de Internet hasta el JUEVES 11 de febrero a través de la web del Ayuntamiento (http://www.colmenarviejo.com/). Para ello es necesario contar con Certificado Electrónico o Pin 24H (https://www.sede.fnmt.gob.es/certificados/) (https://carpeta.colmenarviejo.es/GDCarpetaCiudada…/Pin24.do…)
-Votación presencial en el Ayuntamiento (pza del Pueblo) el VIERNES 12 (de 10h a 14h y de 16h a 20h) y el SÁBADO 13 (de 10h a 14h).
Hagamos que la Consulta Popular sea un éxito de participación!
Moción de IU Colmenar Viejo por un proceso constituyente hacia la III República Española
Esta fue la defensa de la urgencia de una moción que el Partido Popular entendió como una falta de respeto a las Instituciones.
La pretensión de IU va más allá tratar de cambiar la forma de Estado (que también). Entendemos que hoy, más que nunca, República significa derechos, libertades, justicia, igualdad, paz y democracia.
Aspiramos a un país donde la democracia sea real y participativa, donde las instituciones públicas gestionen los servicios esenciales. Aspiramos a una España laica, donde la Iglesia se dedique a lo se tiene que dedicar y no se inmiscuya en asuntos más allá de la fe; donde la Iglesia deje de tener las prebendas y la influencia social que ejerce; un país que defienda a capa y espada los derechos sociales. En definitiva aspiramos a un país más justo, más libre y más social.
Eso es lo que significó la II República y eso es lo que queremos recuperar
La moción no es novedosa. La Red de municipios por la Tercera República cuenta ya con 20 Ayuntamientos españoles.
Tampoco es una moción radical. Defender e impulsar una reforma constitucional empleando los mecanismos democráticos y pacíficos establecidos en la propia constitución no es ser radical. Defender los derechos civiles, políticos y sociales no es ser radical. Defender la democracia participativa no es ser radical. Renunciar a la guerra como instrumento de política internacional no es ser radical. Defender el laicismo y tratar de terminar con los privilegios de la Iglesia no es ser radical. Defender la necesidad de superar el Estado de las autonomías y la construcción de un Estado Federal no es ser radical.
Ser radical es gobernar a golpe de Decreto-Ley sin escuchar a la ciudadanía, ser radical es gobernar siguiendo los intereses de los mercados, ser radical es rescatar a los bancos y no a las personas, ser radical, hoy en día, es ser del partido Popular.
La apuesta de Izquierda Unida es la República y no la falta de dignidad política y democrática.
La moción no pasó la urgencia. Era de esperar por otra parte que el señor Santamaría no aprobara que el Ayuntamiento de Colmenar Viejo se constituyera en Comisión Promotora de la III República.
Eso sí, algo nervioso se debió poner, ya que cuando finalizamos la defensa de la urgencia deseándole salud y República, el le deseó lo mismo al Rey de España.
Os dejamos el vídeo de la moción:
PLENOS CIUDADANOS: Izquierda Unida colmenar Viejo presenta una moción solicitando que se instauren Plenos ciudadanos
Izquierda Unida de Colmenar Viejo propone la constitución de Plenos ciudadanos para que los vecinos puedan presentar a los miembros de la corporación sus propuestas y que los ediles rindan cuentas de sus actuaciones.
La moción no era la quinta esencia de la democracia, Izquierda Unida manifestó su aspiración a algo más, como por ejemplo presupuestos participativos o consultas populares vinculantes, pero al Partido Popular le ha parecido una moción extremadamente invasora en el poder otorgado por las urnas, que les permite hacer y deshacer a sus anchas durante cuatro añitos.
La moción de los Plenos ciudadanos fue debatida, por lo que podéis ver las intervenciones de los distintos grupos municipales. Como era de esperar, la moción fue desestimada. El PP tiene verdadero temor a abrir nuevas vías de participación.
Participa en la elaboración del Programa Electoral de Izquierda Unida Colmenar Viejo
Desde el Izquierda Unida de Colmenar Viejo queremos contar con vuestras propuestas, para poder elaborar un programa electoral completo, que recoja las necesidades de nuestro pueblo, y que sea el reflejo de lo que demandan nuestros vecinos.
Por este motivo, y aprovechando la oportunidad que nos brindan las nuevas tecnologías, vamos a ir exponiendo nuestro borrador de Programa Electoral para que los colmenareños y colmenareñas puedan hacer aportaciones al respecto u opinar sobre las mismas.
Antes de empezar a difundir el cuerpo del programa, queremos hacer público un texto que pone de manifiesto los principios programáticos de Izquierda Unida. Se trata de un documento que invita a la reflexión y al debate, y que pretende ser el punto de partida que nos dote de un marco de trabajo que permita realizar propuestas concretas.
Esperamos escuchar vuestras opiniones y sugerencias con el objetivo de que se vean reflejadas en el programa electoral.
Apela el programa de Izquierda Unida de Colmenar Viejo a una ciudadanía crítica y socialmente comprometida. Se inspira en una filosofía radical de la igualdad. Asume toda la carga de transformación y movilización ciudadana que portan los principios de la democracia social participativa. Y busca la complicidad de quienes conciben que la justicia social constituye el más noble de los ideales políticos.
Hace así suyas, sin doblez, las demandas morales colectivas de las movilizaciones sociales que vienen cuestionando las convenciones de un orden comunitario sometido a la tiranía de la economía de mercado. Repudia entonces, y ya por principio, toda la batería analítica utilitarista que modula el avieso relato urdido por los predicadores de la sostenibilidad financiera del sistema. Se niega por tanto, ya de entrada, a considerar como natural e irreversible el alunizaje en el estadio último de la barbarie neoliberal que padecemos. Por eso mismo paralelamente promueve dar un decidido y decisivo paso al frente: subvertir ese infame relato de la crisis, asumir dónde estamos, cómo hemos llegado hasta aquí y obrar políticamente en consecuencia. Y en ese sentido las elecciones municipales nos brindan una primera oportunidad pues, al fin y al cabo, la mundialización neoliberal genera severos problemas que tienen tan evidentes como traumáticas repercusiones locales que exigen que se afronten localmente.
Conviene tener presente que la propia crisis de un modelo social y económico liberal consagrado y entregado a la divinidad de la plusvalía, y al que resulta consustancial la desigualdad, ha arrojado sobre el tapete una lección ante la que no cabe la ceguera política. Si el drama de la crisis encierra alguna enseñanza positiva esa es, sin duda, el haber puesto de relieve la necesidad política de ser austeros en todos aquellos ámbitos de gestión que no son importantes, para así mejor preservar los más valiosos: la educación y la sanidad públicas, el medio ambiente y las instancias destinados a garantizar los derechos y las libertades individuales. Y por ese mismo motivo principios programáticos ya clásicos de IU adquieren una actualidad incontestable y una más que renovada vigencia.
No es así necesario ningún análisis maniqueo para acreditar el valor supremo que en nuestros días entraña el entendimiento que IU siempre ha dispensado a la fortaleza de un sistema educativo público como indispensable herramienta de justicia social. Para ilustrarlo basta con levantar acta de la proliferación de tentativas auspiciadas por la lógica economicista para erosionar ese sistema de instrucción pública con la doble intención de convertir a la educación en un mero eslabón del proceso productivo y de implantar las diferencias de clases en las entrañas mismas del tejido educativo. Lo mismo, y en los mismos términos de absoluta vigencia y contrastada actualidad, debe decirse del arraigado e inquebrantable compromiso de IU con las demás vertientes fundamentales de la gestión pública. Sin ir más lejos, en relación con el bien común irrenunciable que en su ideario político representan la sanidad o los derechos sociales, pues la amenazante sombra que sobre el mismo proyecta esa descarnada dogmática economicista nunca había sido tan alargada como ahora.
Es más, llegados a nuestro actual punto de polarización social, no parece posible continuar laminando el tradicional llamamiento de IU a desterrar la propiedad como elemento indispensable de aproximación y tratamiento del derecho a la vivienda. Tampoco parece ni tan siquiera mínimamente justificable que se siga ninguneando su recurrente y sostenido requerimiento para desvincular el urbanismo de los intereses especulativos privados y así volver a situarlo en la órbita de los derechos y de las necesidades sociales colectivas. Y no hay ningún argumento capacitado para legitimar la negación de una de sus más primarias y esenciales exigencias: la plena asunción del respeto y la sensibilidad medioambiental como encuadre básico e indispensable de todo un renovado proyecto de convivencia comunitaria desvinculada de los dogmas de la ortodoxia liberal.
Nunca por tanto ha tenido mayor sentido y pertinencia que en el presente el empeño de IU por estimular un cambio radical en el patrón de relación política de la ciudadanía con las instancias de gobierno. Ante todo porque las lacras de la corrupción y de las redes clientelares se vienen expandiendo en la misma medida que se minimiza la porosidad política para incorporar las inquietudes y las demandas sociales cotidianas. Cuestión de coherencia política, de alineamiento con el interés público frente al interés particular, en ello precisamente reside otro hecho diferencial de una propuesta que, como la de IU, promueve el engarce de la trasparencia en la gestión con la profunda revisión de la estructura orgánica municipal y con la promoción de la participación ciudadana. No sólo se considera que ese género de revisión estructural, materializada en la creación de grandes áreas de gestión, entraña la doble virtualidad de reducir notablemente los costes y facilitar la atención integral al ciudadano. Tampoco se alberga ninguna duda de que iniciativas y procedimientos como los representados por los presupuestos participativos, dentro de una estrategia ideada para potenciar los mecanismos de consulta a la ciudadanía sobre la actividad de gobierno, constituyen el único medio capacitado para emprender la democratización de la democracia.
Apegado así a una concepción deliberativa y consultiva de la política, comprometido con la articulación de los cauces indispensables para que la ciudadanía manifieste su voluntad a través de la participación directa en las decisiones sobre las políticas públicas que afecten a sus vidas, las propias propuestas que pueblan este programa ya obedecen a esa lógica de trabajo. Sus líneas de fuerza se han debatido en muy diversas sedes y con muy diversos interlocutores. En ese diálogo permanente radica precisamente la muy reforzada convicción con la que se promueven aquí políticas que abarcan, desde la consolidación de las instituciones educativas públicas frente a la voracidad de los intereses privados, hasta la promoción del transporte público o del comercio de proximidad; en ese diálogo arraiga también el firme convencimiento con el que se plantea un parque público de vivienda en alquiler, con el que se promueve un programa de recuperación de la gestión pública de todas las instalaciones deportivas, o con el que se traza una estrategia que posibilite a la ciudadanía realizar sin coste alguno el indispensable tránsito hacia el uso de energías renovables.
Todas esas propuestas se conciben bajo el signo del realismo. No conforman por tanto un mero proyecto sino que articulan un programa de gobierno. De aplicarlo se trata. Y de hacerlo además teniendo siempre bien presente que incentivar las iniciativas públicas y privadas de creación de un empleo digno y estable es la llave maestra que permite abrir la puerta de ese horizonte comunitario de justicia social.
ACTO COLMENAR VIEJO. ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Los Derechos Humanos son considerados como un:
“ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción” (ONU, Declaración Universal de los Derechos Humanos).
Tras su proclamación, la Asamblea pidió a todos los Países Miembros que publicaran el texto de la Declaración y que fuera «distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios».
Desde Izquierda Unida de Colmenar Viejo, os animamos a participar en el acto organizado por El Centro de Educación de Personas Adultas de Colmenar Viejo en colaboración con el Grupo Local de Amnistía Internacional de Tres Cantos para conmemorar la proclamación de la Declaración Universal de Derechos Humanos en nuestro municipio.
El acto convocado para el martes 14 de diciembre de 17,30 a 20,30h se celebrará en el Pósito municipal ( Calle del Cura nº 2) y consistirá en una maratón de recogida de cartas a favor de 5 casos de personas que sufren vulneración de sus derechos. Las cartas irán dirigidas a las autoridades de los países donde se producen estos lamentables hechos. Además de la recogida de cartas habrá una intervención de activistas de Amnistía Internacional y otros actos en los que podremos expresar nuestro apoyo y solidaridad a las víctimas de violaciones de derechos humanos.
Si queréis acceder a un dossier pedagógico complementario con información de base y propuestas didácticas para distintas etapas educativas, pinchad aquí:
Dos años sin Consejo Escolar Municipal
La Concejala de Educación incumple los mandatos del Pleno y priva a la Comunidad de Escolar de su derecho a participar en la Enseñanza del municipio.
Actualmente todos los Consejos de participación ciudadana del Ayuntamiento están constituidos y funcionando con normalidad, excepto el Consejo Escolar Municipal.
Como ya existían antecedentes de la resistencia de la Concejala de Educación a dar participación y a escuchar a la Comunidad Escolar, Izquierda Unida ha estado desde el principio pendiente de su constitución.
En el Pleno de 29 de noviembre del año 2007 presentamos una Moción para que se procediera a la constitución del Consejo Escolar Municipal, que de forma literal decía:
Facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política económica, cultural y social es una de las prioridades de Izquierda Unida, así lo ha venido demostrando nuestro Grupo Municipal proponiendo la creación de distintos Consejos municipales de participación ciudadana.
El Consejo Escolar Municipal en el que participen de forma efectiva todos los sectores de la comunidad educativa, es un instrumento imprescindible para garantizar e impulsar en nuestro municipio una educación de calidad. para todos
En la anterior legislatura, la falta de voluntad política del Equipo de Gobierno imposibilitó un funcionamiento efectivo el Consejo Escolar Municipal, ya que, en los cuatro años sólo se convocó el Pleno en dos ocasiones y nunca se convocó la comisión permanente incumpliendo los propios Estatutos del Consejo.
Desde la constitución de la actual Corporación Local han pasado cinco meses. El Grupo Municipal de IZQUIERA UNIDA, tanto en Comisión informativa, como en Pleno municipal ha solicitado la constitución de este y otros Consejos de participación, sin tener respuesta efectiva desde entonces.
Los votos del Partido Popular impidieron que se debatiera esta propuesta en el Pleno.
Dos meses después, en el Pleno del 31 de enero de 2008 se aprobó la constitución del Consejo Escolar Municipal conforme a los Estatutos que en ese mismo acto fueron aprobados.
En esos Estatutos, en su Disposición Final, dice literalmente:
El Consejo Escolar Municipal deberá constituirse en el plazo de 3 meses desde la fecha en que el Pleno Municipal aprueba la correspondiente moción sobre su constitución.
Han transcurrido 16 meses desde la aprobación de estos Estatutos por lo que se produce un incumplimiento flagrante de los mismos. Esto denota una falta de interés por la participación ciudadana y un desprecio al Pleno que tras aprobar por mayoría unos Estatutos, la concejala de Educación decide no cumplir con su mandato.
Además de reprobar la actuación de la Concejala, le recordamos al Alcalde que él es el Presidente del Consejo y que tiene el deber de hacer cumplir los acuerdos del Pleno.
No hay que explicar, que la Moción no pasó la urgencia y que la Concejala no tuvo la obligación de contestar ni la decencia de defenderse, evidenciándose que tenemos razón. ¿Éste es el espíritu democrático y participativo del PP?
Aunque lo intenten, ¡¡¡No nos callarán!!!
Ya sabemos que toca hablar de crisis. La crisis económica está haciendo mella entre la población, no hay más que acudir a las cifras del paro para echarse a temblar: hemos finalizado el 2008 con 3 millones de ciudadanos en situación de desempleo, se dice pronto. Es ésta una crisis que afecta a la población en cuanto a la cobertura de sus necesidades básicas: el trabajo y la vivienda son dos derechos reconocidos en nuestra Constitución que estamos a años luz de que sean una realidad, y esta crisis ha hecho que suframos un grave retroceso en cuanto a su consecución. Ni que decir tiene que nos encontramos ante una crisis internacional que trasciende el ámbito municipal.
Pero esta no es la única crisis que estamos viviendo en Colmenar Viejo. Dejando a un lado la crisis que afecta a nuestros bolsillos, a nuestra situación económica y social, vamos a hablar de otra crisis que tenemos en el plano local, una crisis propia, autóctona, en la que está presente la impronta del Partido Popular colmenareño. Se trata de una crisis democrática, más espiritual que la económica, pero que afecta a uno de los pilares básicos del Estado de Derecho, estamos hablando de ausencia de debate político. Para demostrar esta afirmación, vamos a centrarnos en el funcionamiento de los Plenos Municipales que deberían ser el foro de discusión y debate por excelencia.
Hay que avanzar que las sesiones plenarias cada vez tienen menos contenido. Ya se encargó el Equipo de Gobierno al comenzar la legislatura de mermar sus competencias delegando muchas de ellas en la Junta de Gobierno Local. De esta forma logró que muchas decisiones pudieran “guisarse en la cocina popular” evitando ponerlas en común con la oposición. De todas las maneras, hay cuestiones de gran calado social que, en sí mismas, merecerían su discusión en el Pleno Municipal, independientemente de la obligatoriedad o no de su aprobación en éste. No podemos obviar que es el único escenario abierto a la ciudadanía, gozando además de una cierta repercusión mediática y de una cobertura informativa que se nos antoja indispensable en asuntos de excepcional interés general. El Grupo Municipal del Partido Popular, en su democracia de diseño, entiende que esta transparencia no es necesaria.
Otra vía para llevar asuntos a los Plenos es a través de las propuestas presentadas por los Grupos Políticos. El problema es que los concejales populares tienen la posibilidad de vetar el debate. Basta con sus votos para “desaprobar la urgencia” y usurpar a los ciudadanos de la discusión política. De esta manera ni siquiera tienen que “mojarse” dando a conocer la opinión que sobre la propuesta pueda tener el Equipo de Gobierno. En este sentido, podemos poner varios ejemplos de mociones de Izquierda Unida que no han podido se discutidas: constitución de la Mesa de Dinamización del Comercio Local, creación del Consejo Sectorial de Movilidad Urbana y del Transporte Público, creación del Consejo del Inmigrante…Una tras otra, nuestras mociones quedan bloqueadas en origen. No sabemos si se trata de una técnica de desgaste, pero lo que sí sabemos, aunque el Partido Popular se empeñe en que cunda el desánimo, es que vamos a seguir trabajando con las mismas ganas de siempre.
Otro medio que tiene la oposición de ejercer el mandato ciudadano de controlar al Gobierno son las preguntas plenarias. Como el Partido Popular hace uso indiscriminado de su legítimo derecho a utilizar la mayoría absoluta para no dar cuentas a nadie, el Grupo Municipal de Izquierda Unida, hizo uso de las preguntas plenarias. Entendíamos que, de esta forma, lograríamos al menos que nos dieran algunas explicaciones que pensamos de vital interés para la ciudadanía. Ejemplo de ello son las preguntas relativas a las obras de la Plaza del Pueblo: cuál es el proyecto, qué uso le va a dar a esas plazas de aparcamiento…Pero claro, con la mayoría absoluta hemos topado, la normativa no obliga a contestar al Equipo de Gobierno en ese Pleno, y nos habíamos olvidado de que nada van a hacer que no sea obligatorio, por tanto pueden utilizar su facultad para acogerse al derecho a la pereza. Es triste pero es así.
En fin, expuesto queda el desprecio del Equipo de Gobierno a los Plenos Municipales. Ante la ausencia de espíritu democrático de nuestros principales mandatarios sólo nos queda seguir trabajando.
El problema de esta crisis democrática es que, mucho me temo, para lograr superarla debemos esperar a las próximas elecciones municipales, mientras tanto, ahí estará el Partido Popular viviendo de la mayoría absoluta. Descansen ustedes, no se vayan a herniar!
leave a comment